Entre el Carnaval de Fano y Perugina,
también por su proximidad geográfica,
Siempre ha estado ahí
una conexión muy cercana
como dulces
derramado en grandes cantidades
sobre la multitud durante los desfiles
(el jet)
fueron y han sido proporcionados
especialmente de esta firma.
El boceto que Federico Seneca realizó en 1922 para el lanzamiento de ‘Baci‘ Perugina (cortesía de Perugina Nestlè Italia)
Boceto para póster Fano Seaside Station
Colección Milano Civica de grabados de Bertarelli – (1912/1913)
Bozzetto per manifesto Fano Stazione Balneare
Milano Civica raccolta delle stampe Bertarelli – (1912/1913)
Entre el Carnaval de Fano y Perugina, también por la proximidad geográfica, siempre ha existido una conexión muy estrecha ya que los dulces vertidos en gran cantidad entre la multitud durante los desfiles (el Getto) fueron y son principalmente suministrados por esta empresa.
Por eso consideramos interesante dar alguna información sobre el producto más conocido (el Beso), quién lo inventó y quién caracterizó su imagen.
Se dice que el Beso nació de la idea de Luisa Spagnoli (Perugia 1877 – París 1935), emprendedora también conocida por la cadena de tiendas de ropa que lleva su nombre, de mezclar los fragmentos de avellana que venían tirado durante el procesamiento de chocolates.
El resultado fue un extraño chocolate de forma irregular, que se asemejaba a la imagen de un puño cerrado.
Por eso se llamó «Cazzotto».
Una querida amiga de Luisa Spagnoli, no convencida de que fuera buena idea darles unos «puñetazos», quiso renombrarlos con un nombre más amable; así nació el “Bacio Perugina”.
Federico Seneca (Fano, 1891 – Casnate, 1976), fue uno de los diseñadores de carteles publicitarios italianos más importantes.
Desde 1919 y hasta 1935 colaboró con Perugina y Buitoni para lo cual, en el rol de director artístico, se ocupó de la imagen gráfica y realizó carteles publicitarios de inspiración cubista y purista y con elementos atribuibles al futurista Depero.
Reelaborando la imagen del cuadro de Francesco Hayez, «El beso», creó la típica caja azul con la imagen de dos amantes; Siempre suya fue la idea de insertar los cartuchos que contenían las frases de amor que aún hoy caracterizan al chocolate.